Tipos de Queso

El queso es un alimento versátil y con una gran diversidad de variedades alrededor del mundo. Se puede clasificar de diferentes maneras, ya sea por su textura, origen o proceso de maduración.
Los quesos frescos, como la mozzarella, el queso ricotta y el queso de Burgos, se caracterizan por su alto contenido de humedad y su sabor suave. No pasan por un proceso de maduración y se consumen poco después de su elaboración.
Los quesos semiblandos incluyen opciones como el Camembert y el Brie, que tienen una textura cremosa y una corteza enmohecida que les aporta un sabor distintivo. Su maduración es corta, lo que les permite conservar cierta humedad.
Los quesos semicurados y curados, como el Manchego y el Gouda, tienen una textura más firme y un sabor más desarrollado debido a su maduración prolongada. Dependiendo del tiempo de envejecimiento, pueden adquirir matices más intensos y una consistencia más dura.
Dentro de los quesos duros encontramos el Parmigiano Reggiano y el Pecorino, que son sometidos a un largo proceso de curación, lo que les proporciona una textura seca y quebradiza, además de un sabor intenso y umami.
Los quesos azules, como el Roquefort y el Gorgonzola, se caracterizan por la presencia de mohos en su interior, lo que les confiere un sabor fuerte y picante. Son quesos de maduración controlada y apreciados en la gastronomía gourmet.
Finalmente, los quesos de pasta hilada, como el Provolone y la Scamorza, se elaboran mediante un proceso de amasado y estirado de la cuajada, lo que les da su particular textura elástica y firme.
Cada tipo de queso tiene sus propias características y aplicaciones en la cocina, haciendo de este alimento un imprescindible en la gastronomía mundial.