Los 30 tipos de quesos europeos más populares

Europa es el hogar de una inmensa variedad de quesos, cada uno con su historia, sabor y método de producción únicos. Desde los quesos frescos hasta los más añejos y aromáticos, el continente ofrece una gama incomparable de sabores y texturas que forman parte esencial de la gastronomía local.
En Francia, encontramos quesos icónicos como el Brie, un queso suave y cremoso de corteza florida, y el Roquefort, un queso azul de oveja con un sabor intenso y salado. El Camembert, similar al Brie, pero con un sabor más robusto, es otro de los grandes referentes de la tradición quesera francesa.
Italia destaca con su Parmigiano Reggiano, un queso duro de envejecimiento prolongado con notas de frutos secos y umami. También sobresalen el Gorgonzola, un queso azul cremoso con un toque dulce y picante, y la Mozzarella di Bufala, famosa por su textura suave y fresca.
España no se queda atrás con su Manchego, elaborado con leche de oveja y con una textura firme y sabor ligeramente ácido. El Cabrales, un queso azul asturiano de gran intensidad, y la Torta del Casar, con su característica cremosidad y sabor potente, son también ampliamente reconocidos.
En Suiza, el Emmental y el Gruyère son protagonistas, ambos conocidos por su textura firme y su inconfundible sabor a nuez y caramelo. El Raclette, perfecto para fundir, es otra joya de la región alpina.
Alemania contribuye con el Limburger, famoso por su fuerte aroma, y el Allgäuer Bergkäse, un queso de montaña con un gusto profundo y afrutado.
En los Países Bajos, el Gouda y el Edam son los más conocidos, ambos con una textura semidura y un sabor suave que varía según su maduración.
Reino Unido aporta el Cheddar, un queso de pasta dura que varía en intensidad dependiendo de su envejecimiento, y el Stilton, un queso azul de sabor fuerte y textura quebradiza.
Portugal no se queda atrás con el Queijo da Serra, un queso de oveja con textura untuosa y un sabor equilibrado entre dulce y salado.
En Grecia, el Feta es el más representativo, con su textura granulosa y sabor ligeramente ácido y salado.
El queso europeo es un reflejo de la diversidad cultural del continente y de la pasión por la tradición artesanal. Cada país ofrece su propia interpretación de esta delicia, haciendo de Europa un paraíso para los amantes del queso.