? Cómo conservar el queso en casa y disfrutarlo al máximo

1. Envases de plástico 

Los quesos deben ir envases herméticos o film de plástico para que no desarrollen mohos indeseado o pierdan su textura. Lo ideal es envolverlos en papel especial para quesos o en plástico film como indicábamos antes, y luego colocarlos dentro de un recipiente que permita la circulación del aire como una quesera con tapa.

2. ¿Dónde se guardan? En la nevera, pero no donde crees

El mejor lugar para conservar el queso es el cajón de las verduras de la nevera. Es la zona menos fría y más estable en cuanto a humedad. Evita ponerlo cerca del congelador o en las baldas superiores, ya que las temperaturas demasiado bajas alteran su sabor y textura.

3. No todos los quesos duran lo mismo

• Quesos frescos (como el burgos o el mozzarella): se deben consumir en pocos días, y siempre mantenerse muy fríos.

• Quesos curados o semicurados: pueden durar varias semanas si se conservan bien envueltos y refrigerados.

• Quesos azules: puedes guardarlo en su propio envase que casi siempre será papel de cocina metalizado.

4. Saca el queso de la nevera antes de consumir

Sí, has leído bien: el queso no debe servirse frío. Sácalo de la nevera al menos 30 minutos antes de comerlo, para que alcance la temperatura ambiente y libere todo su aroma y sabor. Igual que un buen vino, un queso necesita su tiempo para “respirar”.

5. No mezcles quesos en el mismo envoltorio

Cada queso tiene su humedad, grasa y fermentación. Guardarlos juntos puede provocar sabores cruzados y acelerar el deterioro. Lo mejor es guardar cada tipo de queso por separado.

Consejo extra: ¿se puede congelar el queso?

Solo en casos de emergencia. La congelación altera la textura, sobre todo en quesos blandos. Si decides hacerlo, opta por rallarlo antes de congelar (ideal para fundir después en platos calientes). Quesos duros como el parmesano aguantan mejor el proceso.

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¡Disfruta más, tira menos!